Valencia es una ciudad que toda persona debería visitar alguna vez en su vida, de seguro, ya que tiene un equilibrio perfecto entre la vida tanto diurna como nocturna, las artes, la cultura, las compras, por no mencionar las playas cercanas. Te alegrará conocer lugar tan rico en cultura y que además disfruta de un delicioso clima templado mediterráneo. En lugar de ese viaje típico que sale en todos esos folletos turísticos, aquí te presentamos un panorama original algo más profundo de lo que puedes hacer y ver en Valencia.
1. Busquemos el Santo Grial.
Valencia alberga uno de los mayores tesoros de la historia de la humanidad, el Santo Cáliz que Jesucristo utilizó en la Última Cena. La reliquia, hecha de ágata pulida de origen oriental, se puede visitar en la Capilla del Santo Cáliz de la Catedral de Valencia.
Existen muchas otras afirmaciones de todo el mundo de que ellos tienen el Santo Grial, pero el de Valencia es el único reconocido por el Vaticano como original y verdadero y, de hecho, en sus respectivas visitas a Valencia, tanto el Papa Juan Pablo II en 1982 como Benedicto XVI en 2006, oficiaron misa con el Cáliz, mostrando así su apoyo a la autenticidad de nuestro Santo Grial
2. Valencia es el hogar de la Paella.
Todos saben qué es la paella, pero si por casualidad acabas de mudarte de la luna y no conoces el plato español tradicional, entonces te explicaremos un poco. Es un plato cuyo ingrediente principal es el arroz que se cocina con muchos otros ingredientes como pescado, marisco, ave, carne, verduras, legumbres, etc.; es un plato que se cocina en todas las regiones españolas, pero muy especialmente en Valencia, donde se elaboran múltiples variedades: paella de pescado, de pollo y conejo (la tradicional “Paella Valenciana”), mixta, vegetariana, de boquerones y espinacas, de ajos tiernos y calamares, etc etc.
La paella es la especialidad gastronómica que los turistas más esperan cuando visitan España, sin embargo, a menos que ya la hayas probado en Valencia, no tendrás la versión auténtica sino una “versión turística” la cual muy a menudo poco tiene de paella (a veces con chorizo, guisantes y otras barbaridades) que desde luego los de por aquí nos resistimos a comer.
Una cosa que aprenderás es que la paella es mucho más que sólo una comida. Es un rito y una tradición que une a familias y amigos, es el momento de socializar, absolutamente todo para los valencianos. Es un plato que hace muy feliz a las familias los mediodías de los domingos.
3. La transformación del río Turia, de un torrente de agua al parque urbano más grande de Europa.
La ciudad es atravesada por el río Turia, aunque no creo que encuentres mucha agua allí. Ya tuvieron suficiente con la riada de 1957 cuando el río se desbordó y causó un desastre nacional. El poderoso río que alimentó a Valencia desde tiempo iberos, finalmente inundó la ciudad en algunos lugares hasta una profundidad de hasta tres metros. Todavía hay casas en algunos de los distritos centrales antiguos, con la marca en las paredes de agua.
El Turia desemboca hoy al sur de la ciudad, tras unas faraónicas obras que se conocieron como el “Plan Sur”, y el antiguo cauce del Turia hoy en día es un parque urbano, el más grande de Europa y uno de los más lindos. Lo mejor es pasearlo en bicicleta o patines, ya que los Jardines del Turia tienen una longitud de unos 8 kilómetros. Abundan las instalaciones deportivas y parques para los niños (que no se pierdan el parque Gulliver), en su recorrido se realizan todo tipo de actividades al aire libre y verás edificios imponentes a lo largo de su ruta, como el Palau de música, el museo Pio V o ya cerca de la salida al mar la Ciudad de las Artes y las Ciencias, un complejo increíble que alberga el museo de Ciencia y Tecnología, un cine IMAX 3D, el Palau de les Arts y de la Opera, por supuesto el mayor aquarium de Europa: el Oceanográfic.
4. La Ciudad de las Artes y las Ciencias.
La arquitectura de esta ciudad es literalmente asombrosa, y pareciera que la han sacado de una película de ficción, de hecho ha sido escenario de varias películas de éste tipo. Es un lugar que ha sido cubierto por muchos bloggers y no es nada sorpresivo, pero es tan importante para la ciudad que no lo podía omitir.
Pero lo que probablemente no sabías es que esas largas piscinas de agua azul que rodean los edificios, pueden ser drenadas rápidamente para convertir el área extra en un lugar de exhibición, para eventos como conciertos. Otra cosa que las personas poco saben es que el centro no es solo una atracción turística sino que también es hogar de muchas investigaciones científicas, tanto biológicas como marinas.
5. No todos hablan español en Valencia.
Todo viajero inteligente primero se aprende algunas palabras o frases antes de llegar a su destino (en caso de que se hable otro idioma) y aunque Valencia está en España y la mayoría de los valencianos hablan español, no mucha gente sabe que el idioma oficial de la población es el Valenciano, un dialecto latino. Es muy normal que los locales hablen mezclando los dos idiomas a la vez, alternando los términos en curiosas expresiones con mucha gracia.
El valenciano medio, cuando habla castellano, lo hace de un modo distinto al resto de España o si me apuras en el resto de los territorios hispanoparlantes. Existen muchas maneras de distinguir a un valenciano, y una de ellas es el habla.
6. Enloquece con la bebida local, la Horchata.
Hace mucho tiempo los locales comenzaron a plantar estas cosas pero no son solo avellanas ya que la Horchata es la leche de la “chufa”. La horchata (en valenciano, orxata de xufa; del italiano “orzata” y éste a su vez del latín “hordeata”, “de cebada”) es una bebida refrescante preparada con agua, azúcar y chufas majadas (o molidas) que se puede tomar líquida, o granizada. En la Comunidad Valenciana la horchata se elabora a partir de la chufa (cyperus esculentum), pequeño tubérculo con forma de nudo que procede de las raíces de la juncia avellanada (Cyperus esculenteso), que se llama así por la forma de su fruto, parecido a la avellana.
Un viejo cuento local dice que un labrador sediento en un día de sol abrasador, se acercó a una alquería a pedir algo de beber, y la vecina le dió a probar un vaso de horchata, por lo que el hombre, al probar tan refrescante bebida, exclamó “aixó es or, xata!” (esto es oro, chata)
La bebida la venden muchos puestos ambulantes por las calles de la ciudad, también la mayoría de las heladerías la tienen, e incluso hay algunas “horchaterías” con renombre, tradición y prestigio, como Daniel, Fabián o La Casa de la Orxata, así que ya sabéis dónde probarla!
Autora: Edith Gómez – edith@gananci.com – www.gananci.com