En Valencia tenemos nuestro propio día de los enamorados, el 9 de Octubre, día de Sant Donís.
Una antigua tradición que comienza con la entrada del rey D. Jaime a nuestra ciudad, en 1238.
Aunque tradicionalmente el 14 de febrero es el día de los enamorados, los valencianos tenemos otra fecha marcada en el calendario para celebrar nuestro amor. Es el 9 de Octubre, día de Sant Donís, Día de la Comunitat Valenciana. Es el momento de buscar en las pastelerías y confiterías nuestra mocaorà, que regalaremos a la persona amada. Pero, ¿por qué regalamos un pañuelo lleno de frutitas de mazapán y su piuleta i tronaor?
El 9 de Octubre se celebra el día de la Comunidad Valenciana. Conmemoramos la entrada triunfal de Jaime I el Conquistador en la ciudad de Valencia en 1.238, después de expulsar a la población musulmana de tierras valencianas.
A partir del primer centenario se celebró la efeméride con una procesión al Monasterio de San Vicente Mártir de la Roqueta. En esta romería, los hombres cargaban con pañuelos de fardo que contenían frutas y hortalizas, rememorando las que fueron entregadas por los musulmanes vencidos a la nueva reina Doña Violante, esposa de Jaime I, como referencia a la fertilidad de la huerta valenciana.
Ya entrado el siglo XV, la fiesta adquirió nuevos caracteres, se conservó la parte religiosa y comenzaron las expresiones de ruido por medios pirotécnicos (piulets y tronadors). Caló tan profundamente esta manera de celebrar las tradiciones, que incluso los diputados de la “Generalitat”, en determinada ocasión, hicieron disparar desde el palacio foral más de 13.000 cohetes.
Todo continuó del mismo modo hasta la Guerra de Sucesión (comienzos del siglo XVIII).
La disputada Batalla de Almansa acabó con el triunfo del rey Felipe V y toda España quedó bajo la jurisdicción de Castilla, perdiéndose los Fueros Valencianos.
Piula o piuleta (petardo pequeño en español) es, también, una forma vulgar de nombrar al pene en valenciano (sobre todo si es pequeño) y lo representaron en forma de lazo; el tronador, es un petardo más grande muy ruidoso (trueno en lenguaje pirotécnico castellano) y tiene forma fálica.
A las otras golosinas, que recordaban los frutos del campo y a la fertilidad de la Huerta de Valencia, como las hortalizas que los moros regalaron a la reina Doña Violante y también se hacían con pasta de almendras y azúcar cocidas al horno y que los antepasados consumían en la antiquísima romería de Sant Vicent de la Roqueta, se sumaron estos nuevos dulces. Así nació entre los valencianos otra costumbre para conmemorar tan señalada jornada.
Masus Castro – Valencia Camper Park